Amazon

lunes, 30 de mayo de 2016

Exilio a un poeta

Exilio a un poeta

Soy pastor entre sombras,
ángel de mis pasos sin demora,
buscando posada
para enriquecerme de nuevas historias.
Al encuentro, un almendro florido,
con ojos de gacela ofreciéndome descanso;
pero mi instinto me advierte
que el engaño está presente,
y yo, que reparo en mi inconsciente
sin rodeos me alejo de su aroma envolvente.
Inmaculada noche,
de lunas cuarto creciente,
que de entre mil estrellas
me envías a la más ardiente.
Que recio se vuelve mi aliento,
que áspero, mi respirar de repente,
oscilado Hidalgo.
¿Por qué desprecias tú suerte?
No hallo monedas para pagar tal menester,
pero tampoco tendré recompensa,
si no retrocedo a complacer
tales deseos de mujer.
Redicho nombre pongo en duda,
que ahora ya, caballero sin armadura,
nada más he de perder.
Y heme aquí, todo flacucho
y temblorosa salud,
retornando sobre mis pasos
presto a sus hechizos y encantos,
aunque fulminado caiga en sus brazos;
pero satisfecho muera yo
por el arresto de sus besos.
Y que en este pliego culmine
tan voluptuoso sollozo,
rechinando en mis dientes su gallardía
y exhalando mis huesos su ultimo suspiro.
¡Cuan bello sois, almendro florido!
Que vuestro cobijo me habéis ofrecido,
para  mi exilio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario