Invierno
en mí ventana
De pronto, el ronco invierno
invadió mi piel desnuda,
y quebrando mi voz,
me arrebató mis lunas.
Escribí mis penas sin llanto
sobre escarcha fina
y refugiando mis miedos
entre sabanas de paja,
perdí el tren de la esperanza,
y esperando su regreso
mis manos miran,
como por ellas el tiempo pasa.
Y mirando al cielo
como el que no pide nada,
busqué su rostro,
pero ella no estaba.
Y mirando al cielo
mi fuego se hace agua.
Y mirando al cielo
mis desvelos, son consuelo
en almohadas sin alma.
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