Crisis
de los cuarenta
No quiero oír hablar del amor,
ni del sexo, ni de partes contrarias,
que se quieran cobijar bajo techo.
Que para alzar la voz,
ya tengo a mi corazón
desgarrándome el pecho.
Y grito de terror, ¡Dios mío!
Que hago yo dentro de un espejo
Y que ya estoy casando
de darle palos al agua,
cada día la misma historia,
por la mañana en tu cama,
por la noche en la mía,
y a partir de media tarde en el café
a solas con María_ ya lo ven.
Y es que en esta cofradía,
créanme señores
no se venden sueños
a los hogareños como yo.
Y que ya estoy cansado
de andar de flor en flor,
para acabar a solas, tocando el acordeón.
Y es que en esta cofradía,
créanme señores
no se venden sueños
a los cuarentones como yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario