El pasajero
Soy un bobo por
pensar en vos,
ignorante mi
sollozo
culmina en afónica
voz.
Frágiles mis
latidos palpitan
en insomnios de
esperanzas secas,
más la arrogancia
de este amor
sin semilla_
a las puertas del
mañana se humilla,
que pasará ante
sus ojos
sin brindarle un
soplo de tu aliento,
sin ofrecerle una
cálida mano
que le dé
templanza a su corazón,
sin apreciar que ahí
estuvo,
aún cuando el
invierno fue hostil,
también para ti.
Que bobo soy por
no olvidar,
como la tierra
olvida a la huella
que pisa su piel
al caminar.
Que bobo fui al
enamorarme de un sueño,
que ni la realidad
lo recuerda
en su memorial;
ni hubo cuna para
su fertilidad.
Pero no queda rosa
alguna
que me haya de
pinchar,
ni flor que me
pueda cautivar,
si para
sobrevivir, he de llorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario