Rumores

Rumores

A juicio de vista

no me pierdas la pista,

porque quizás no sea yo,

esa mascara fría,

esa sombra tardía carente de amor,

ni palomo de cesto como anfitrión.

A juicios sin remedios,

no busques consuelo en el cielo,

pues más cálidas son las manos que te citan,

y que entre tus sabanas vacías

te colmaran de ardientes caricias.

A juicio de mal entendidos,

tu camino y el mío, no son tan distintos,

el amor y el placer tampoco están reñidos

cuando viajamos en la misma nave juntos,

hacia otro mundo que no sea de insulto.

A juicios menores

sordos tú y yo al sonido de los tambores,

púes más callar tienen las sucias lenguas,

que el latir de dos corazones,

que surgen a luz, como el resplandor

de una hoguera.