El otoño y su esqueleto
¿Por qué envidian mis
letras?
Aún sabiendo que vengo
de cuna rota y sabanas de
viento.
Caminé descalzo,
mientras iba creciendo,
enterrando mis lágrimas
para que no desvelaran mi
sufrimiento.
¿Por qué llenan de
blasfemias
mi boca?
Aún cuando duerme mi
silencio
y mis manos son
despojadas
de techo.
Crecía yo, sin dotes
ni becas de
reconocimiento.
¿Por qué perturban mi
quietud?
Si también yo,
soy pasajero de este
universo.
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