Entre el ayer
y el mañana
Te busco en el ayer,
porque aún te recuerdo
como el lucero chispeante
entre los cristales de mi ventana.
Tímido, tembloroso en su presencia
suave, ligero en su esplendor,
cercano pero distante a mis manos,
te seguiré día tras día
caminaré guiado por la brújula
de mi corazón,
hasta llegar al mañana
porque sé que estarás ¡ahí!
Aunque no haya ventana
seguirás iluminando cada paso
vaya donde yo vaya,
seguirás alimentando
cada una de mis esperanzas.
Y así entre el ayer y el mañana
en este breve presente,
donde las prisas son mi calma,
te amo en silencio
para no enturbiar tu belleza
con mis lágrimas.
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