Míralas, vacías de amor
Mira mis manos desnudas de ti,
míralas vacías de amor,
mira como la luz se estrella en la noche,
sin suplicar piedad.
Miras hacia otro mañana,
mientras yo me hundo en mi pesar,
pero no temas no queda vacío en esta soledad,
ni voz que te nombre en mi ansiedad,
aunque estés latiendo en mi palpitar.
Me acostumbré tanto a no tenerte,
que no me daba cuenta que por mi mismo,
también podía respirar.
Mira mis ojos vacíos, de tanto llorar,
míralos cansados de esperar,
mira como el viento arrastra las hojas,
mira hacia delante si te vas,
mira como el sol que sale al despertar,
también huye del mar.
Me
acostumbre tanto a esperarte,
que se me ha olvidado,
lo que significa el verbo amar.
Me acostumbre tanto a no extrañarte…
y a no soñarte nunca jamás.
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